Ahí Está Ella, con sus ángeles y demonios,
con sus risas y sus juegos,
con sus lágrimas y sonrisas.
Ahí está esperándome, dejándome,
tranquilizándome, enloqueciéndome,
Dulce, tirana,
Cálida, tierna,
luchando con sus demonios,
regalándome siempre sus ángeles,
y aquí estoy yo,
amándola eternamente,
indudablemente y fielmente,
aun cuando un demonio soy,
en ángel guardián permanezco
para cuidarle hasta de mí.