Yo estaba en mi hogar, Recostada en mi cama,
Platicando por teléfono con mi tía,
Con mi esposa al lado mío,
Tirada al descanso,
Creo que hasta la piernilla tenía cruzada,
Me marco tu marido, desvíe la llamada
Me llamaste tú, desvíe la llamada,
Me marco tu marido nuevamente,
Luego tú, colgué,
Te marque y estabas llorando,
Sin saber porque iniciamos a vestirnos,
Solo me dijiste entre sollozos y lágrimas me pegue en la cabeza y me abrí,
Mientras me colocaba un pants tu marido me marco de nuevo,
Solo contesté ya voy para allá y colgué.
Niña! Niña de mis ojos! Estabas ahí solita en la noche, a la deriva, tan indefensa, tan pequeñita, solo te abrace.
Y si, una sutura requerías, mi esposa mensajeando a tu marido que en carretera venía, no puedo imaginar que angustia debió sentir, te tranquilizaste y fuiste muy valiente, no lloraste en el procedimiento, pedí a mi esposa me asistiera pero pronto me di cuenta que tú ocupabas más su presencia, ella te tomo de la mano,
anoche confirme lo que ya sabía: mi hermanita menor eres y serás por siempre aunque no llevemos la misma sangre.