DE COMPRAS
Lo que solemos olvidar mientras tomamos un paquete de comida preparada es que se puede cocinar en casa y comer delicioso sin gastar una fortuna.
Muchos alimentos sanos (como huevos, verduras de raíz y granos integrales) son baratos, mientras que otros productos buenos, pero más costosos se pueden utilizar en menores cantidades como un complemento delicioso. Así, la comida completa resulta sorprendentemente asequible.
Si bien hay numerosas alternativas de supermercados y tiendas cercas de tu casa o de tu trabajo, vale la pena buscar proveedores locales, mercados o productos de granja para comprar huevos, fruta, carne y demás alimentos frescos. Notarás la diferencia.
ESTRATEGIAS ÚTILES
Casi todos compramos la mayor parte de la comida en un supermercado, donde nos estacionamos, corremos por los pasillos, cargamos en auto y nos vamos a casa. A fin de que hagas compras sanas y sensatas te sugiero lo siguiente:
Haz una lista. Básate en recetas y opciones de platillos. Así antes de lanzarte por los pasillos, podrás pensar en la variedad de alimentos y nutrientes necesarios y disminuirá la posibilidad de que adquieras algo de no necesites. Pero no tengas miedo de adaptar tu plan de compras si encuentras una ganga en el mostrador de pescados, por ejemplo, o fruta de temporada deliciosamente madura entre los productos frescos.
No vayas de comprar cuando tengas mucha hambre. Mejor, come un refrigerio antes de salir. Cuando tienes hambre, es más probable que optes por golosinas y productos altos en grasa.
No te alejes de las paredes. Haz la mayor parte de las compras en el perímetro externo del supermercado, donde encontrarás los alimentos más frescos y saludables: productos crudos, lácteos bajos en grasa, carne magra y pescados. Aventúrate a los pasillos interiores solo cuando vayas por artículos concretos, como pasta integral y legumbres secas. Así evitarás escoger productos adicionales que no están incluidos en tu plan.
No te fijes en las fotos. El empaque muestra un sol radiante que cae sobre campos recién cosechados: se trata de una imagen de salud que no significa nada. Mejor, fíjate en los datos al costado de la caja y elige alimentos altos en fibra, como IG bajo y pocas calorías.
NOTA: los ingredientes de los productos empacados se enlistan según su cantidad, de mayor a menor. Saber esto te ayudará a limitar tu consumo de grasa saturada. Busca los siguientes términos y evita los productos que los contengan: aceite de coco, aceite de palma, aceite vegetal, chocolate, coco, crema, crema agría, crema de coco, grasa animal, grasa vacuna, manteca, manteca vegetal, mantequilla, solidos de leche, azucares añadidos.
Escoge alimentos con una lista corta de ingredientes. No tiene sentido esperar que elimines de tajo los alimentos preparados. Solo recuerda: cuanto más corta la lista de ingredientes, más saludable suele ser el producto.
Compra productos congelados. Generalmente las verduras y las frutas frescas se ultra congelan en el sitio de origen y conservan más sus nutrientes que algunos alimentos frescos o enlatados. Puedes agregar las verduras a sopas o estofados o prepararlas como guarnición. Usa las frutas en postres y batidos.
Lleva una botella de agua, y toma pequeños sorbos mientras esperas en la caja. Con frecuencia confundimos el hambre con sed, y beber agua evitará que te dejes tentar por alguna golosina.
ELIGE LO DE TEMPORADA
Nos hemos acostumbrado tanto a tener productos frescos todo el año, que tendemos a olvidar que la mayoría son de temporada. Debes de comprar según la temporada porque:
El producto tiende a ser más fresco, sobre todo porque generalmente viene de un lugar más cercano a tu casa.
Las frutas y verduras son mucho más sabrosas en el apogeo de la temporada. Los frutos rojos por ejmplo, tiene una curva de temporada bien definida: no son muy dulces al principio; van mejorando hasta alcanzar todo el sabor, y luego descienden hacia la acidez otra vez.
Los productos de temporada suelen ser más nutritivos. Ya que no tienen tantos aditivos para hacer que maduren o en todo caso para que duren más.