¿Qué define la música y al músico? Habrá quién hable de la música desde una perspectiva académica, o desde la tradición y la cultura. No obstante, los sonidos y las ideas llegan a todos sin discriminar; todos podemos hacer música, ¿no?
El fenómeno de la música de los “marginados”

Se le denomina música “outsider” a una variedad de propuestas creadas por personas con poco o nulo conocimiento musical, esto incluye también a aquellos que puedan sufrir algún tipo de padecimiento mental, mismos que están fuera de cualquier categoría, mercado, pretensión e intención, música que es porque quiere ser. Es importante entender que la idea de música outsider deriva de otros conceptos como el arte naif y outsider.
Tanto el arte naif como el arte outsider representan lo espontaneo, lo ingenuo a la vez que que se asumen en un postura que está fuera de lo académico. Cualquiera puede hacer arte, el que crea lo hace desde el deseo simplemente de expresarse.
Sonidos siempre fértiles
La música outsider se refiere a todo individuo que hace música pero no necesariamente “ sabe lo que hace”, no es consciente de su “labor artística” y sin embargo “hace música”, música que puede estar fuera de todo estilo, parecer fuera de tiempo, fuera de armonía o de forma. Como un niño que descubre el sonido y sueña música, nulamente influenciado por los medios o las corrientes mainstream, alejado de sus prejuicios.
Los nombres
Entre los múltiples artistas que entran en esta categoría musical, están: The shaggs, Daniel Johnston, Wesley Willis, Tiny Tim, Jandek; famoso por ser un músico anónimo gran parte de su carrera. Artistas que en sus inicios fueron marginados, pero que eventualmente volvieron su trabajo de culto, no solo como un evento musical, también social.
Música y libertad
Me resulta interesante pensar que si comparamos algunas propuestas de música de vanguardia con música outsider, en ocasiones la única diferencia es la intención. Tocar bien o tocar mal, los limites entre la atonalidad y la tonalidad, entre la música bien hecha y mal hecha son confusos.
Muchos músicos outsiders tienen pocos recursos a la hora de producir su trabajo, mismos que aún con esa dificultad llegan a tener un público, quizá de gente curiosa, quizá de gente que genuinamente conecta el artista o con su música, pero se hacen de un nicho y su impacto es indudable. La música outsider representa la transgresión, es sinónimo de que los únicos dueños de la música deberíamos ser nosotros, fuera de prejuicios con la capacidad de descubrir e inventar. Es ese fuego de lo creativo lo que nos lleva simplemente a intentarlo y es eso lo que deberíamos hacer incansablemente.