“Feo” y “vulgar” es la manera en la que comúnmente es llamado el arte Kitsch, pues este término surgió para denominar aquello que es considerado como mal hecho, de técnica limitada, realizado con materiales de mala calidad y con pocas o nulas aspiraciones ante la mirada del mundo del arte y también de las personas pertenecientes a la clase alta, pues surgió como resultado de las aspiraciones de personas de las nueva clase media, que buscaban diferenciarse de la clase baja pero a su vez, anhelaban poseer aquello de lo que la élite gozaba, pero que realmente no podían pagar, por lo que recurrieron a las imitaciones baratas del arte tradicionalmente conocido.
Entre las miles de posibles definiciones y variaciones basadas en diferentes juicios, tiempos, grupos sociales, preferencias y geografía, se podría definir como algo estéticamente inadecuado que permite comprender la cultura de manera general. Está realizado desde lo sentimental, cuenta con un aspecto “barato” y muchas veces va dirigido al consumo masivo. De igual manera se puede concebir como aquellos objetos de mal gusto, ornamentados innecesarios y que en su mayoría, son una copia de obras clásicas y reconocidas. Incluso se ha considerado como un producto natural de la modernidad y a la modernidad como parte de la esencia de lo kitsch.
Aunque el kitsch muestra (en parte) el declive de las costumbres en la modernidad, no quiere decir que se refiere exactamente al arte popular, pues este es hecho a mano y el kitsch es en su mayoría, una imitación realizada a máquina.
Siguiendo estas definiciones y sin necesidad de hacer referencia a exponentes de este arte que ya son bastante conocidos como Andy Warhol, Susan Sontag o Jeff Koons, podemos proponer un ejemplo claro, cercano y vivo del kitsch: México.
El kitsch es una de las manifestaciones culturales más importantes y representativas de México, pues incluso aquí ya existía el kitsch antes de que se adoptara el término globalmente y va desde el uso de iconos de la cultura popular, pollitos de colores, muñecas Barbie vestidas con trajes típicos, artistas y luchadores, hasta el uso de imágenes más tradicionales, como las calaveras, la vestimenta de los Niños Dios, las Vírgenes decoradas, entre otras cosas sin duda reflejan lo que es el kitsch pero que no fueron creadas con esa intención, pues son artículos e imágenes que se pueden encontrar de manera común en cualquier lugar u hogar mexicano.
Y aunque es un arte bastante complejo de entender, es destacable que haya prevalecido por tanto tiempo, pues solo nos demuestra que el arte prevalece y destaca solo si el publico que lo consume, así lo desea, no importa de donde vengan o a que clase social pertenezcan. No importa realmente todo aquello que los “expertos” o personas ajenas piensen, mientras un grupo se sienta identificado o le guste aquello que ve y consume, esto va a trascender.
De igual forma, es destacable que sea parte tan especial y representativa de una gran y rica cultura como lo es la mexicana, pues contrario a las concepciones dadas anteriormente, en México, este arte, generalmente no es sinónimo de vergüenza, al contrario, por ser representación de la cultura popular, se aprecia demasiado y es portado con orgullo, pues al final, es parte de todo aquello que nos representa como mexicanos y que sin duda forma parte de nuestras vidas desde siempre.
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