Desde hace miles de años la música es parte de la cultura. Sin embargo con la llegada de la “industria musical”, la relación música-humano se ha transformado constantemente. Desde la globalización, pasando por la masificación de los medios, hasta lo emocional y lo banal, ¿Qué significa la música hoy día? Para entender, tenemos que conocer cual ha sido el papel de la música a través de la historia.
Música ritual
No sabemos el momento exacto donde comenzamos a “hacer música”, sin embargo, el primer instrumento musical encontrado data de hace más de 40,000 años. La creatividad nos llevó a inventar formas de crear sonido. La música para sociedades antiguas tenía un papel místico y sagrado, ligada a los momentos más importantes de la vida del ser humano. Diversas culturas de todos los continentes conectaban su día a día con el acto del ritmo y los sonidos.
El papel de la iglesia
Si bien la conexión entre música y lo sagrado se remonta a culturas como la egipcia o sumeria, el vinculo entra la iglesia católica y la música sacra fue muy importante para la evolución de la misma , desde los cantos gregorianos del siglo IX hasta parte de la obra de Johann Sebastian Bach en el siglo XVIII. La música era una herramienta para acercarse a Dios, algo elevado y sublime.
Siglo XX y una revolución literalmente industrial
Antes del siglo XX pocos tenían acceso a la música; estaba en los teatros en las iglesias, rara vez en las calles, no existía una industria que vendiera música más allá del espectáculo, fue hasta la llegada los formatos que permitían almacenar el sonido (tengo un articulo de eso por aquí), donde realmente podemos hablar de consumo. A la par del nacimiento del mercado musical , aprendimos a relacionarnos con la música de manera más profunda, haciéndose parte de lo cotidiano, de movimientos sociales; de nuestras emociones y aspiraciones. ¿Cuántas personas en el pasado y el presente tienen historias con una canción? La música era más que el objeto de comprar y poseer, era conectar con las historias, las melodías, el artista.
Auge de la industria y “necesidad” de consumo
Eventualmente con el crecimiento exponencial del mercado musical, surgió la tendencia de imponer ciertos estándares para generar un “producto exitoso”. La música nace de distintas expresiones personales o artísticas, y aquellos que tenían control sobre la industria veían en ello el potencial comercial. En el mainstream a partir del éxito de un artista, le seguían sus imitadores, tratando de replicar la formula, no siempre con resultados favorables. Aquellos géneros que eran más populares tenían mayor exposición. La música no dejaba de ser arte, una profunda expresión humana, pero estaba claro que ya no era solamente eso: se convirtió en un producto más, un entretenimiento y un ocio atractivo que ofrecer a una sociedad en la que “el consumo” se volvía más una necesidad que una decisión. Cada vez era más fácil distribuir la música tanto en formatos físicos como en medios de difusión, llámese radio y televisión, al menos el siglo pasado, y pese a que la música estaba ya al alcance de prácticamente todo el mundo, era evidente que algo no estaba bien. 80s y 90s se llenaban de grupos creados solo con el objetivo de tener éxito comercial. Cuando algo transgresor se volvía la voz de la juventud, entonces la industria tomaba nota, y había que poseerlo de alguna forma.
Secuelas de mala praxis
Con la llegada del nuevo milenio las malas prácticas no cambiaron. Con una industria totalmente establecida era claro que la situación estaba muy lejos de cambiar. La música era el cotidiano, capaz ya de estar en nuestro bolsillo a través de dispositivos portátiles , la música estaba tan cerca de nosotros pero a la vez era banalizada y triturada, ya no hablemos de los artistas y sus tratos con las disqueras, había una brecha muy grande ya entre la música “comercial” y la “no-comercial”. El sutil acto de consumo podía ser emocional, pero todo lo que había detrás estaba lleno de un necesidad más empresarial que artística. Eran ya tiempos convulsos donde a finales de la década de los 10s, la industria cambiaba una vez más con el declive del formato físico a favor del streaming, decisión que una vez más, nunca favoreció a los artistas.
Carta de amor a la música
No hay necesidad de hacer este articulo eterno, y es evidente que aquí se plantea el resumen de un tema complejo. La música hoy día representa muchas cosas para cada individuo, diferentes géneros, diferentes artistas, con visiones distintas, hasta opuestas. Para mi, parte de la belleza del arte radica en la diversidad, la posibilidad, en este caso la música aún en un contexto de “producto” puede llegar a tener esa belleza. Quizá el problema sea cuando la música esta hecha solamente para venderse, o quizá no… porque sería un hipocresía decir que uno no quiere ser escuchado; tener “exito”, aunque eso mismo represente cosas distintas para todos. Aún en una industria tan voraz la creatividad aflora, y eso definitivamente debería ser una victoria. Somos “consumidores” no en un sentido amplio de la palabra, porque hablamos solo de música, no de toda la mercancía que la misma puede generar, juego en el que muchos artistas se envuelven, atrapados en esa rueda que no deja de girar, el peligro es no entender lo que sucede y simplemente dejar que todo pase. Que la música siempre sea lo más importante cuando se trate de música…