Foto tomada de la Red
Entro un masculino joven llorando con un bebé en sus brazos,
El infante se veía pálido, inmóvil, quieto como un angelito,
Corrimos a la atención, nos percatamos que era su padre,
Que había salido con tanta prisa de su domicilio que no venía descalzo,
No había nada que hacer ya, el pequeño angelito ya no estaba con nosotros,
No había signos, el papá lo sabía, no pudimos pronunciar palabra,
Solo mire al papá a los ojos y realice un movimiento de negación,
Tal vez horas habían pasado ya de su partida,
Según la historia del padre que lloraba desconsolado fue a levantarlo para iniciar su día,
Pero el pequeño ya no respondió y estaba frío, solo una coloración morada alrededor de sus labios.
Este caso me desgarró el corazón, no tenía palabras, casi me pongo a llorar al cerrar la cortina.
Pero mi compañera enfermera solo me dijo doctora, tranquila, respire y al hacerlo así pude salir a continuar con los trámites pertinentes y esperar 6 horas para de regreso a casa llorar un poquito y llegar a mi hogar sin ese peso.