Semblanza
Pintora mexicana conocida por sus retratos realistas en acuarela, óleo y acrílico. El trabajo de Patricia ha sido galardonado con más de treinta premios en el mundo, incluyendo el primer lugar de la revista Artist's Magazine, primer lugar en San Petersbursgo Art Bridge, primer lugar en la competencia de realismo e impresionismo de acuarela Beaux-Arts, segundo lugar en Splash 22 Watercolor Competition, 2do lugar en China World Glamour Prize, Premio de Bronce en IMWA Youth, Mención Especial en el Premio Fabriano Watercolor, dos veces primer lugar en el Premio de la Sociedad Mexicana de Acuarelistas, dos Tlacuilos por parte del Museo Nacional de la Acuarela, entre otros.
Ha participado en más de ciento cuarenta exposiciones internacionales de pintura en China, Estados Unidos, Rusia, Italia, Suecia, España, Alemania, Perú, Grecia, Tailandia, Bulgaria, Indonesia, Bolivia, Albania, Corea, Colombia, Bélgica y México. Su obra ha sido publicada en numerosos libros, catálogos y revistas de pintura y arte como The Artist's Magazine, Watercolor Artist, Artist's & Illustrators Magazine, The Art of Watercolour, International Artist, entre otros.
El trabajo de Patricia está incluido en colecciones permanentes en América, Asia y Europa, así como en numerosas colecciones privadas en todo el mundo.
Patricia Guzmán vive y trabaja en Querétaro, enseña talleres, hace presentaciones y participa en eventos de pintura a nivel global. Recientemente cursó la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
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Entrevista
Desde tu experiencia de vida y profesional, ¿Cómo crees que el arte está relacionado con la creatividad?
P: La creatividad es el resultado del asombro, del continuo aprendizaje, de hacerte preguntas y escarbar dentro de ti para darles vida. De estar haciéndote preguntas constantemente y buscar la respuesta, algunas veces aparecen de manera racional, en el diálogo interno de la mente, otras veces aparecen como imágenes, y las mejores es cuando menos te lo esperas y ‘de la nada’ sientes con absoluta certeza una idea, imagen, conocimiento.
Siguiendo mi curiosidad, surgen preguntas y trato de resolverlas. El camino para hacerlo puede tomar muchas rutas, hay demasiado material que quiero leer y aprender, pero también pintar y experimentar, ver obra de artistas que admiro, series o películas geniales, música. Todo esto nutre mi inspiración constantemente.
Por otra parte, entiendo también la creatividad como asombro. Y en ese caso, la mejor manera es ir más despacio, observar, ver lo que no se ve: los espacios negativos, las sombras, poner atención a los sonidos, a los gestos más que a las palabras, al espectáculo tan inaudito que estar con vida y lo asombroso de entender la ‘realidad’ como lo hacemos.
¿Por qué decidiste dedicarte a la creación artística?
P: Mi gusto por la pintura en realidad no fue una decisión ya que para mí era lo más natural del mundo dibujar o experimentar con distintas técnicas desde niña, pues veía a mi padre Ernesto Guzmán dibujar, pintar, esculpir, o simplemente crear, todos los días. Siempre tuve mucha curiosidad por ver sus procesos creativos, cómo se iba desenvolviendo cada imagen desde el papel en blanco hasta la pintura final. Era la clásica niña que dibujaba todo el tiempo y se esmeraba de lleno en sus dibujos. La pintura me escogió a mí, es el instrumento que la vida me dio para estar en este mundo, para hablar desde este maravilloso lenguaje que es increíblemente complejo y fascinante.
Pintar no solamente implica el acto de pintar, sino de entender la pintura como forma de vida, como vehículo para encontrarme más profundamente, la razón para ir a la universidad y estudiar filosofía, la manera para intentar poner mi granito de arena en mejorar la realidad. Eso está lleno de aprendizaje y lo que en un principio parecía una forma de sobrevivir o una herramienta para defenderme en la vida, se ha convertido en algo mucho más grande y trascendental, un lugar donde puedo aprender y dialogar con los grandes maestros del pasado, y el mayor reto la posibilidad de insertar un ladrillo en la historia del arte. El gran reto de reflexionar sobre nuestra existencia de manera visual y sensitiva.
¿De qué manera ha influido la cultura mexicana en tu arte?
P: La cultura mexicana es parte de mi identidad, la cual está completamente relacionada con mi acto de crear. Pinto mujeres, muchas de ellas indígenas porque mostrar una perspectiva distinta a la belleza que nos han impuesto culturalmente y sobre todo hacer visible a la mujer indígena con toda su dignidad y ser, en esta sociedad clasista y racista en la que estamos insertados. Decido pintarlas por muchas razones, desde la belleza que encuentro en sus rostros, su sabiduría, conocimiento o sensaciones que me brindan. En México los grupos indígenas son el objetivo de mayor discriminación, y dentro del núcleo social, la mujer indígena es la que la lleva de perder todas. Entonces, es una manera de brindar visibilidad, de honrar y dignificar la raíz y en especial, a la mujer indígena.
La pintura es un lenguaje maravilloso que tiene el gran potencial de trascender idiomas, culturas, contextos, fronteras, tiempo. ¿Qué es lo que vas a decir a través de los pinceles? En palabras de Robert Henri, la pintura “tiene el potencial de decir las cosas que el mundo necesita escuchar”.
Creo que todo arte es político, aún aquel que decide no serlo. La serie Raíces (retratos de personas de distintos pueblos originarios de México y Latinoamérica) surge con la necesidad de ver imágenes que representaran los grupos indígenas como los seres humanos que son, no desde una perspectiva ensoñadora o idealizada sino actual, humanista, horizontal e incluso confrontativa. La serie no tiene un objetivo de denuncia, sino de mostrar personas y rostros que han sido muy poco visibilizados o representados en la pintura figurativa, o que han sido mostrados desde una perspectiva más bien documental, de idealización o decoración.
Nuestra identidad reside en nuestro cuerpo y en nuestro rostro y es allí donde intersecta lo personal y político. La representación del rostro y del cuerpo nunca es neutral, y es nuestra responsabilidad como artistas ser conscientes de ello. Las convenciones, convicciones y dinámicas de la sociedad se muestran a través de la forma que decidimos representarnos. Mucho del trabajo que se hace hoy en día traiciona, o carece de conciencia, o desprecia de manera voluntaria la política inherente de la representación; sin embargo, el cuerpo es la herramienta de la expresión relacional de lo privado y político. El cuerpo es la fuente de identidad, política y valores sociales.
Ciertos cuerpos han sido excluidos de las estructuras canónicas o simplemente no se consideran como los temas del gran arte. El rostro o cuerpo que no satisface la forma ideal o las ideas normativas es expulsado de la tradición, como lo es el cuerpo envejecido, o las pieles distintas a la piel blanca. El cuerpo que permanece es predominantemente el cosificado, a veces sexualizado de manera explícita. Un cuerpo que implica una propiedad ajena, no propia, para complacer narrativas y fantasías del otro.
En muchas publicaciones o revistas se ve representado a los grupos indígenas ya sea de manera documental, o se les muestra como los otros o como objetos de artesanía o adorno. No sólo están en los museos sino en nuestras sociedades actuales e históricamente han sido el objeto de discriminación y racismo en México y América Latina. Mi intención es mostrarles como los seres humanos que son, desde una perspectiva horizontal, a veces confrontativa dirigiendo la mirada directa hacia el espectador. Y a través de sus rostros y miradas expresar sentimientos y emociones conocidas por todes. De esa manera existen las condiciones de posibilidad para tender un puente cargado de empatía hacia el espectador: –“Yo soy como tú, aunque físicamente seamos muy distintos”. Sentía la completa necesidad de ver imágenes que representaran a los grupos indígenas como las personas que son, no desde una perspectiva ensoñadora o idealizada sino actual, humana.
Sukurúame (Chaman en lenguaje Raramuri), Patricia Guzmán, acuarela transparente, 74x54 cm.
Como artista o creador, ¿A qué barreras externas (sociales) e internas (emocionales) te has enfrentado y cómo las has superado?
P: La parte interna juega un rol crucial, a través de los años mi objetivo ha sido quitarme las creencias o pensamientos que no me pertenecen como ideas limitantes sobre mí, los otros o el acto de crear y por otro lado, aprender a escuchar mi voz y lo más importante, actuar en base a ella. Seguirme a mí misma y seguir mi verdad significa ir por un camino lleno de retos, aprendizaje y magia, poco a poco lo vas limpiando y haciendo, con mucho esfuerzo. Seguir a otros o seguir otras verdades ayuda en un principio porque te modelan cómo es que se hace, pero llega un momento en que tienes que decidir si continúas por allí o te desligas para seguir tu propia voz e intuiciones. El mayor reto de la vida es escuchar y seguir la propia verdad, entonces el camino te llevará a lugares insospechados y maravillosos, todo habrá valido la pena. Definitivamente haber hecho un proceso terapéutico Gestalt fue un antes y un después en mi proceso.
El mayor reto externo al que me he enfrentado fue el inicio: cómo navegar en este mundo en el cual me era imperante generar una forma de ingreso, cerca de cumplir los veinte años. Era evidente en ese momento que la única opción era pintar y pinté en aquellos inicios muchos retratos de encargo. La pintura ha fungido como ruta de escape, bote salvavidas, vehículo que me ha llevado hacia mí, a encontrarme cada vez más.
Por supuesto que este camino no está exento de críticas, conductas misóginas, y situaciones deplorables. Sin embargo, lo importante es no dejarse avasallar por ellas, sino por el contrario, seguir avanzando en tu propio proceso, poder hacer ejercicio de autocrítica y caminar con honestidad y seguridad. Al final del día, el tiempo que tenemos es limitado, ¿para qué malgastarlo enfocando nuestra energía en lugares áridos?
¿Cuáles han sido los factores positivos que te han impulsado en tu carrera creativa y cuál ha sido su impacto?
P: Hay un proverbio africano maravilloso: “Si quieres llegar rápido, ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”. He tenido la fortuna de contar con el apoyo moral de mis padres, y con el apoyo incondicional de mi pareja. Así como aliados cómplices en el camino, coleccionistas, curadores, alumnxs, maestrxs, etc. Esto no es un camino individual, sino en equipo, y lo importante es saber con el corazón qué quieres e ir hacia allí, y aunque a veces parece que todo va mal o que nada sucede, hay que aferrarse y la vida mágicamente comienza a brindar los frutos, apoyos o guías que necesitas. Es fundamental estar rodeada de personas que realmente desean tu bien y te apoyan incondicionalmente. Lo mejor es alejarse de aquellos seres que desean controlarte o moldearte a su conveniencia.
Desde un principio apliqué a becas o certámenes nacionales e internacionales, y contrario a lo que creía, empecé a ser seleccionada y después invitada a los eventos internacionales. Mi trayectoria ha generado mucho mayor tracción fuera de México, cada evento internacional me ha llevado a otro, y desde el exterior empecé a ser notada por el sector mexicano. Creo que lo importante es estar lanzando continuamente el anzuelo al universo, no tomarse nada personal y seguirte a ti. Habrá ocasiones en que habrá resonancia y otras no, pero lo importante es no dejar de hacer lo tuyo, con autenticidad y honestidad, y entonces tu nombre tendrá su propio peso y valor.
Old soul, Patricia Guzmán, acuarela transparente, 75x55 cm.
Explica tu proceso creativo actual
P: Mi proceso creativo actual va en dos direcciones, el primero, la Serie Raíces Retratos Indígenas es sobre retratos de personas de distintas Etnias de México y Latinoamérica (y el mundo). Mi pareja Raúl Barajas y yo nos internamos en las comunidades, con previo permiso, para vivir y sentir las distintas ceremonias o rituales y captar todos aquellos momentos y retratos maravillosos. De estas imágenes selecciono para pintar aquellas en las que tenga un vínculo emocional, o una respuesta visceral.
La otra dirección es una serie que he estado sintiendo e intuyendo desde el 2018 y que va más en un enfoque narrativo compuesto por distintos símbolos. Tengo muchas anotaciones sobre estas imágenes, hago bocetos sencillos y organizo una sesión fotográfica con los modelos y objetos pertinentes para materializar estas imágenes. A partir de ahí seguiré jugando con la imagen, ya sea como boceto o a partir de las fotos para añadir o quitar información.
Ambos procesos llevan tiempo, en el primero es la logística, acceder a las comunidades, tiempo de planeación, en el segundo me lleva más tiempo aterrizar aquel mundo interno que pugna por salir.
¿Qué es lo que más te gusta de crear por medio del arte?
P: Lo que más me gusta de crear es lo que me genera mayor reto, como el pintar ideas con el potencial de sensibilizar de alguna manera al espectador. La mayor gratificación de este trabajo es cuando las personas sienten resonancia o confrontación con mis pinturas, es ser testigo de cómo el trabajo las conmueve al grado de las lágrimas, de producir sensaciones que las llevan a tocar otros lugares, cuando hacen suyas mis pinturas.
Lo que más disfruto de mi profesión es la introspección y autoconocimiento que conllevan, la magia de convertirme en lo que estoy pintando, de percibir la realidad desde un lugar muy distinto, el coraje de seguir mis intuiciones y verdad. En la pintura puedo tocar por momentos lo inefable, aquello que está detrás de lo visible, puedo dejar de ser yo y sumergirme en los abismos de lo sublime e insondable.
Mi profesión la definiría como un verdadero privilegio, poder pintar y vivir de la pintura es sin duda lo que le brinda sentido a mi existencia, ya que es un lenguaje que conlleva tantos retos en tantos sentidos, introspección, escucha, observación, pensamiento, no solo hacia mí sino al exterior, lo que me lleva a a mi ser más auténtico.
¿Cuáles son tus metas a mediano y largo plazo respecto a la creación artística?
P: Actualmente trabajo en una serie narrativa que he ido intuyendo y escuchando desde el 2018 y ha madurado al grado que necesito materializarla. En el 2024 tendré una exposición individual en el Museo de Arte de la Universidad de Pekín, China con la serie Raíces, enfocada a retratos de Perú, Bolivia y China.
Mi meta a largo plazo es insertar un ladrillo en la pared de la historia del arte, crear obras maestras que trasciendan el tiempo, las culturas, el lenguaje.
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Que hermosas obras 🙌🏻⚡️