Príncipe del mal, ave de rapiña

Ilustración Eli de Cherry

Disfrazado de un príncipe azul la cortejo, la asedio y la acoso hasta que cayó en sus redes, miel sobre hojuelas, amor, atención, ternura que poco a poco se convirtieron en espinas, desamor, humillación y crueldad.

Este amor de cuento de hadas convertido en película de terror con finales inesperados, secuelas, segundas, terceras, cuartas partes no se puede predecir, aun conociendo al protagonista cruel, siempre lograr dar un golpe más bajo, más vil.

Los amores que Matan se disfrazan con falsas promesas, falsas disculpas, te quieros, te amos, te necesito, solo eres tú, solo tú me entiendes, estoy con ella por mis hijos, a ti te amo, y así ella creyó y murió lentamente.

 Ya no brilla, ya no espera, solo lucha contra ella misma, contra el sueño que le prometieron, el amor que merece y le juro le daría, se levanta se repone, se pule, comienza el brillo y entonces llega el cómo ave de rapiña a desgarrar su corazón sólo porque no soporta su brillo, él la quiere débil para poder jugar con su mente, con su corazón, a veces ya no hay fuerzas, ya no hay ganas.

 Dentro de ella hay luz, por qué la luz no se oculta, siempre destaca en la oscuridad y aunque han intentado apagarla yo confío que llegará el día en que se encuentre, se mire al espejo y reconozca la gran mujer que es, que logre limpiar ese reflejo empañado con el que le han ocultado sus poderes, que rompa todas esas creencias absurdas que ya identifico, que mandé todo a la mierda, que coloque la basura lejos, que se despoje de miserias y regrese a sus orígenes, amor, abundancia, prosperidad y amor, mucho amor propio, mientras tanto aquí estaremos mirando de cerca y a la distancia que ella permita, dando soporte, creyendo en ella, sin juicios, solo esperando su momento.