Las emociones son la manera natural en la que los seres humanos reaccionamos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Todos tenemos emociones; es importante no reprimirlas ni sentirnos avergonzados por ellas.
No debemos etiquetarlas como buenas o malas, ya que todas las emociones son necesarias.
- El miedo sirve para estar alerta ante el peligro. Tomar precauciones y hablar con alguien de confianza sobre lo que tememos puede ayudarnos.
- La frustración nos permite ver cuando las cosas no salen como queremos y nos enseña a resolver problemas y pedir ayuda cuando lo necesitemos.
- La tristeza es la reacción que podemos tener cuando algo nos conmueve, como una pelea, la pérdida de un ser querido, o escuchar una canción que nos transporte a otro lugar o momento. Podemos abrazar la tristeza como una emoción más, recordando siempre que es una reacción pasajera; si no es así, podemos pedir ayuda.
- La alegría nos muestra que compartir lo que pensamos y sentimos con amigos, con nuestros padres, dibujar, cantar, escribir o hacer deporte, nos hace sentir bien y que deberíamos hacerlo más frecuentemente.
Inteligencia Emocional según Daniel Goleman
De acuerdo a Daniel Goleman, la inteligencia emocional se define como la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, perseverar a pesar de las frustraciones, controlar los impulsos, regular nuestros propios estados de ánimo, y empatizar y confiar en los demás. La inteligencia emocional nos permite reconocer sentimientos propios y ajenos, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones. Sirve principalmente para aprovechar nuestra propia información emocional y la de los demás, ya que las emociones son la expresión física de nuestra mente y nunca mienten. Nos informan de cómo procesamos lo que vivimos, lo cual es útil tanto en nuestra vida personal como profesional porque permite ser conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos.
Elementos de la Inteligencia Emocional
1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)
Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es importante reconocer cómo nuestro estado anímico afecta nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conoce a sí misma.
2. Autocontrol emocional (o autorregulación)
El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar ciegamente por ellos. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, identificar cuáles son efímeras y cuáles duraderas, y ser conscientes de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y cómo podemos relacionarnos con el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo que nos beneficia.
3. Automotivación
Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y centrar nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. Este factor requiere cierto grado de optimismo e iniciativa, valorando ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos.
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente y no verbal. La detección de estas emociones y sentimientos mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos. Reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con ellos. Las personas empáticas suelen tener mayores habilidades y competencias relacionadas con la inteligencia emocional.
5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)
Una buena relación con los demás es una fuente indispensable de felicidad personal y, en muchos casos, de buen desempeño laboral. Esto implica saber tratar y comunicarse tanto con personas que nos resultan simpáticas o cercanas como con aquellas que no nos sugieren buenas vibraciones; una de las claves de la inteligencia emocional.
En conclusión la inteligencia emocional está muy relacionada con la inteligencia verbal, ya que parte de cómo experimentamos las emociones está mediado por nuestras relaciones sociales y nuestra manera de comprender lo que dicen los demás. Nos ayuda a pensar en las causas que han provocado el comportamiento de los otros y a interpretar sus acciones en un contexto más amplio, en lugar de reaccionar impulsivamente a cómo nos hacen sentir.