Era yo una adolescente buscando, negando;
Negando lo que sentía, lo que era, pues todos me decían antinatural, aberración, lo peor del mundo, la rara, la tranquila, la que parece niño.
Yo quería regalar poemas, expresar con versos mi sentir,
pero no podía más que soñar y sumergirme en colecciones de poemas.
Así fue como en una antología de poesía encontré a Salvador Novo, que iniciaba:
“Los que tenemos manos que no nos pertenecen,
Grotescas para la caricia……”
Continuaba: “ Los que tenemos una mirada culpable y amarga”.
Quedé totalmente sorprendida , reconocida , identificada, sentí que gente como yo a pesar del sufrimiento podía ser feliz, encontrarse a través de la poesía, expresarse y trascender en líneas hermosas..
Ese hombre murió 9 años antes de mi nacimiento y sin embargo me abrazo con sus poemas cuando sola me sentía.
Una canción que atraviesa el alma y es uno de mis himnos, esperando que la sientan y con ello mi abrazo. ¡
Gracias por leer!