La adrenalina de conectar con el publico, la satisfacción de hacer sonar nuestra música, o ser la herramienta para el arte del otro. Aquellos que hemos tenido la fortuna de estar arriba de un escenario sabemos lo que representa y nos evoca. Llegar a hacer de ese momento algo inmemorable es una gran tarea y se necesita preparación: de eso vamos a hablar hoy.
La magia se quedó en los cuentos
No podemos pensar que todo va a suceder mágicamente, abusar del elemento azaroso de la música viva. Más allá de ver en lo espontaneo una herramienta creativa para sorprendernos a nosotros mismos y a la audiencia, la realidad es que las mejores cosas tienen su origen en un buen trabajo y en compromiso con la música y el público. Tener listo el Setlist, instrumentos en buenas condiciones, vestuario (de ser el caso), tocar con el volumen correcto, entre otras cosas, son vitales para proyectar calidad y realmente “ser profesionales”. Las probabilidades de un show épico son mayores si vamos bien preparados.
La grandeza está en todas partes
No hay lugares grandes o pequeños. Es importante valorar cualquier espacio en el que podamos dar cabida a nuestra música. No hablo de conformismo, hablo de humildad, de reconocer que lo más valioso es hacer la música presente en el sitio que sea. Siempre esperamos que el oyente nos descubra, poder conectar con el, llevar la hermosa experiencia de la música en vivo no solo a sus oídos, también a su corazón. Todos queremos llegar a las masas, pero más allá de pensar en cantidades, pongamos los pies en la tierra con la música de manera honesta siempre por delante.
Somos la suma del otro
Al tocar nuestra música nos volvemos parte de la experiencia del otro. Nuestra labor en el escenario también supone hacer nuestra actuación interesante y “estimulante”, combinando la música con nuestras aptitudes para reforzar el vinculo con el oyente. No ignoremos a quien nos escucha. En ocasiones podemos estar tan inmersos en nuestro viaje musical que pasamos por alto a aquellos que están ahí “en silencio”. La interacción es de suma importancia, ya que hay una parte emocional y humana que ayuda a envolver y atrae a aquellos con los que el destino nos hace coincidir a la hora de la acción sonora.
El secreto esta en el presente
Incluso si los nervios nos consumen o tenemos un mal día. No hay que perder la alegría del momento, no hay que olvidarnos de disfrutar nuestro arte, menos en el momento más importante que puede ser cuando estamos frente a una audiencia. Sin querer podemos olvidar los pequeños detalles que engrandecen nuestra profesión. Se requiere amor y mucha, mucha templanza para entender que estas cosas no van de perfección, sino que cada paso que damos es importante, y que el simple hecho de estar “ahí” y ahora, lo vale todo. Nada como poder después de mucho tiempo presentar esa canción que significa tanto para ti… Que en efecto, lleva parte de ti.